top of page

El enfado


El pasado jueves, con nocturnidad pero sin alevosía, presenté el libro Aritz Aduriz, un caso único, en el que repaso la trayectoria deportiva del genial futbolista rojiblanco. Gracias a Eduardo Rodrigálvarez, del que disfruto su amistad y las deliciosas crónicas que escribe del Athletic, tuve el apoyo necesario para dar la cara ante las dos docenas de personas que, amablemente, se acercaron al acto en el Fnac de Bilbao y ocuparon casi todas las sillas, pese a que era día de partido. Firmé un puñado de ejemplares, respondí (respondimos) a unas cuantas preguntas, aclaramos alguna duda y, finalmente, el que se quiso quedar se tomó una cerveza para celebrarlo antes de ponerse ante el televisor a ver el obtuso Racing-Athletic.

Una vez terminados los "actos oficiales", y mientras el libro se sigue exhibiendo en los estantes de las librerías, expongo una cuestión que me ha venido desazonando las últimas semanas, desde que me contaron que Aritz Aduriz está enfadado por el libro y el Athletic también. Que no les ha gustado nada que yo escriba sobre la trayectoria deportiva del futbolista. Es más; que no sabían que el libro se iba a publicar. Y sólo puedo darle dos respuestas: La primera, que sí lo sabían; la segunda, que podían habérmelo dicho en su momento, cuando estaban a tiempo.

Hace siete meses, cuando la Editorial Al Poste me encargó un libro sobre el delantero centro del Athletic, me lo pensé un ratito y dije que sí. Al fin y al cabo yo había inaugurado años atrás la colección de libros de fútbol de la editorial con otro sobre el fenómeno del primer año de Marcelo Bielsa en el Athletic. Pero antes de nada quise ponerme en contacto con Aduriz para comentárselo, y ya de paso conseguir que colaborara entrevistándose conmigo para tener datos más cercanos sobre su pasado.

En el Athletic hay ciertos protocolos que se deben realizar para relacionarse con los futbolistas, así que los cumplí estrictamente: hablé con el jefe de prensa del club y le entregué una nota dirigida a Aduriz en la que le adelantaba mis intenciones y apuntaba mi número de teléfono por si quería ponerse en contacto conmigo para cualquier cuestión. No lo hizo. La única respuesta que recibí, a través de un mensaje del responsable de prensa, que sólo hizo de intermediario, es que Aduriz no creía merecer que nadie escribiera un libro sobre él, un rasgo de modestia. En ningún caso decía que no quería que se escribiera un libro sobre él. Es más, tenía mi teléfono y yo esperaba una comunicación. Si llega a hablar conmigo y me dice con claridad que no quería que yo escribiera el libro, hubiera respetado su decisión. El libro no estaría escrito. Al menos no por mí.

Pero, y sin que sirva de reproche, sino de constatación de una realidad, tal vez es que los futbolistas viven en otro mundo y no se dignan a hablar con los mortales de a pie, o no se atreven a hacerlo, y por eso no me llamó para comentármelo.

Durante dos meses reuní la documentación para poder escribirlo y me puse a ello. Eludí conscientemente en su elaboración cualquier mención a la vida privada del futbolista, para evitar inmiscuirme en aspectos que Aduriz guarda celosamente con toda la razón del mundo. Lo terminé a principios de octubre. Antes de enviarlo a la editorial se lo mandé al responsable de prensa del club para que se lo hiciera llegar a Aduriz, por si tenía alguna objeción que poner y preguntándole ingenuamente si tenía alguna intención de colaborar con él, acudiendo a la presentación. Desde el departamento de comunicación me respondieron al día siguiente con toda naturalidad, anunciándome que ya se lo habían entregado. Es decir, el 5 de octubre, Aritz Aduriz tenía en sus manos el original del libro en el que se relata su trayectoria deportiva. Tampoco tuve ninguna respuesta por su parte, pero él ya sabía que el libro que meses antes le había dicho que se iba a escribir, también se iba a publicar.

Así que cuando supe que Aduriz se había enfadado cuando el libro apareció en las librerías, no lo entendí. Puede ser que el futbolista piense que voy a hacer un gran negocio a su costa, o que alguien le haya dicho que va a ser así, y si cree eso es que está muy alejado de la realidad. Un jugador como él gana mucho dinero, y tal vez proyecte esas cifras que se manejan en su ámbito profesional, a otros sectores de la sociedad, pero está equivocado. ¿Recuerdan el libro sobre Marcelo Bielsa? Figuró durante varias semanas entre los más vendidos en Bilbao. La editorial y yo vendimos los derechos internacionales en Japón, donde también se publicó (tengo en casa un par de ejemplares muy curiosos). Todavía se sigue vendiendo a través de internet y de vez en cuando se comenta en algún foro y me escribe alguien que quiere comprarlo. ¿Saben cuánto dinero gané por él? Menos de 5.000 euros brutos, después de un trabajo de tres meses. Algo más de 1.600 euros brutos por mes. Si alguien piensa que escribir un libro de este tipo da dinero, que se ponga a la faena. A mí personalmente, escribir un libro me produce cierto placer. Dinero, muy poco. Casi lo comido por lo servido.

Me enteré también a través de terceros, que el club había llamado varias veces a la editorial advirtiendo de una posible demanda. Argumentaban que Al Poste no tiene permiso para utilizar la camiseta y el escudo del club. Le doy vueltas y vueltas al libro y la camiseta y el escudo sólo aparecen en las fotografías que lo ilustran, a título informativo, y compradas de manera legal a través de una agencia de prensa. Es como si demandaran a todos los periódicos que publican un día sí y otro también, fotografías de jugadores en sus páginas. Se trata de información. La de los medios y la de mi libro. Cada una en un formato diferente. En fin, un asunto muy desagradable que se le presentó a la editorial, en la que alucinaban por el problema después de 56 libros dedicados a decenas de personajes del fútbol español, bastantes de los cuales colaboraron con mucho gusto. Espero que las llamadas se queden en eso.

Así que siento mucho que Aduriz se enfade porque las librerías estén vendiendo un libro sobre su vida deportiva, y que al Athletic le pase lo mismo. Me hubiera gustado que se sintieran orgullosos de que alguien se preocupara por estructurar su trayectoria y recordarla en 200 páginas, como han hecho antes otros futbolistas que aparecieron en la colección de Al Poste, y también de que un buen número de seguidores del Athletic con una fe inquebrantable en su equipo y sus goles, lo esté comprando y lo vaya a leer o lo haya hecho ya. No ha sido posible. Probablemente una llamada de teléfono lo hubiera solucionado. Si lo que quieren Aduriz y el Athletic es parte del beneficio económico, que lo digan. Estoy dispuesto a repartir a medias con ellos los escasos euros que puedo recibir si se vende bien. De ahí no me muevo: yo pongo el trabajo y ellos la imagen, fifty-fifty, que es una expresión marinera. ¡Pero que colaboren, leches!


TOUR DE FRANCIA

ESPECIAL

NÚMEROS ANTERIORES

ENTRADAS RECIENTES
bottom of page