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TOUR DE FRANCIA 2017  7 de julio 7ª etapa Troyes-Nuits Saint Georges / 213,5 kms.

LA CARRERA

Marcel Kittel se adelanta por milímetros para ganar su tercera etapa.  ©ASO

Milésimas para la gloria

Marcel Kittel necesita la foto finish para llevarse su tercer triunfo al sprint

A veces hay que remitirse al pasado. La cuarta etapa del primer Tour de la historia, acababa en Burdeos, tierra de vinos. A mediodía, en medio de una nube de polvo, cinco ciclistas .lucharon por la victoria. Entraron juntos, muy juntos. Los organizadores dieron en principio como ganador al belga Samson, pero no estaban bien colocados junto a la línea de meta y no se percataron de que Garin había sido el primero en atravesarla.

 

La banda de música no conocía el himno de Belgica y tocó la Marsellesa en homenaje al primero, que en realidad no era el ganador. Pero el verdadero vencedor de la etapa llegó minutos después. Era suizo, se llamaba Charles Laeser y entró en un segundo grupo. El Tour había dado la salida a los ciclistas en varias tandas y su tiempo era mejor que el de Garin y Samson.

La tecnología no había llegado aún al ciclismo. Ahora lo desborda. Para todo. Marcel Kittel, como en Burdeos, pero esta vez entre viñedos de Borgoña, otra de las glorias del vino francés, no sabía si había ganado. Siguió adelante, buscando a su auxiliar, como en su mundo, sin decir nada. Hasta que le avisaron por el pinganillo de que había ganado. Entonces le cambió la cara, se le iluminó. Abrazó a sus compañeros y recordó que las zonas vinícolas le sientan bien. La anterior etapa en la zona del champán, ésta, en la del Borgoña.

Fue por seis milímetros. La diferencia entre la gloria y el segundo puesto, el que no le gusta a nadie. Después de un sprint en el que se metieron los mismos que en la jornada anterior. Sólo Boasson Hagen era nuevo en ese grupo. Repasen la clasificación. Nueve de los diez primeros de la meta de Troyes repiten en el top ten de Nuits Saint Georges. Sin Cavendish ni Sagan, el grupo de camaradas de la velocidad se ha reducido.

Los jueces, como los de Burdeos, no sabían quién había ganado; tuvieron que recurrir, como tantas veces, a la foto finish, pero esta vez ni siquiera la imagen aclaraba nada. Hubo que echar mano del cronometraje, de los señores de Tissot que llevan el asunto. Al final aclararon que la diferencia entre subir sl podio y quedarse en el autobús del equipo es de tres diez milésimas de segundo.

 

Los viñedos de Borgoña entre los que se situaba la meta, necesitan años para alcanzar su madurez; el vino que se extrae de sus cepas descansa a veces décadas en las barricas de madera antes de ser embotellados. El tiempo casi no corre en las bodegas, pero si en los relojes del Tour, en esa foto ampliada en la que los jueces tuvieron que dirimir la distancia entre un ciclista y otro. Entre Boasson Hagen, que se resignó deportivo a la derrota, y Marcel Kittel, que al saberse ganador hizo el gesto con tres dedos de su mano,  su tercera victoria al sprint desde que comenzó el Tour hace una semana.

MARCEL KITTEL

"No tenía ni idea si había ganado el sprint. Sólo cerré los ojos y lance mi bicicleta tan lejos como pude"

E. BOASSON HAGEN

"Me hubiera gustado ganar, pero estoy feliz. Me ayudó todo el equipo y a ver si otra vez se puede conseguir"

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