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TOUR DE FRANCIA 2017  4 de julio 4ª etapa Mondorf-Les-Bains-Vittel / 207,5 kms.

LA CARRERA

Arnaud Demare celebra su triunfo en la línea de meta de Vittel, en la cuarta etapa.  ©ASO

Sagan habla por los codos

Demare gana la etapa y el eslovaco es expulsado de la carrera por tirar a Cavendish

Sagan habla por los codos. En la zona mixta y en el asfalto, aunque se muestra más amable con los periodistas que con sus compañeros, porque ante los micrófonos está parado, a veces apoyado en una valla, y en la carretera circula a más de sesenta kilómetros por hora y hablar por los codos puede suponer un peligro grave. Que se lo pregunten a Cavendish, que tampoco es un angelito, pero esta vez sufrió en sus carnes la agresión de un compañero. No se achantó, quiso pasar junto a la valla pero Sagan habló por los codos. Primero fue sancionado con 30 segundos. Después, tras la reclamación del Dimension Data, acabó expulsado del Tour. Todo eso sucedió en Vittel, ciudad balneario de los Vosgos. 

Hasta hace unos cuantos años, las neveras de la sala de prensa del Tour estaban llenas de latas de Coca Cola. La empresa radicada en Atlanta era una de las grandes patrocinadoras de la carrera francesa. En esa misma época, la Vuelta a España tenía en sus refrigeradores todos los productos de La Casera. Un día, cuando me acerqué a tomar algo en mitad de mi trabajo, un compañero de otro medio me dio una lección de ciclismo.

– ¿Sabes cuál es la diferencia entre el Tour y la Vuelta? Me dijo.

– ¿Cuál?, pregunte. Y me respondió con otra pregunta.

– ¿Cómo se llama el patrocinador del Tour?

– Coca Cola, respondí.

– ¿Y el de la Vuelta?

– La Casera.

– Pues eso.

Hace ya bastante que la firma de bebidas gaseosas se desentendió del Tour. El relevo lo cogió Nestlé y desde entonces, en las neveras de la carrera sólo se pueden encontrar botellas de plástico de la marca Vittel, su filial, que suelen ser el termómetro de la sala de prensa donde se cuecen los periodistas cuando no hay atisbo de aire acondicionado. En tal caso, los viajes a por agua son constantes y el empleado que repone las neveras no para de trabajar.

Vittel, y no Evian, que es la otra marca emblemática de agua francesa, algo más chic, incluso pija, pero no tan sofisticada como el agua con gas Perrier, que se come a la popular Badoit, con más chispa pero menos glamour.

Vittel se populariza, entre otras cosas, a través de la caravana publicitaria. Desde las carrozas de la marca regalan cada día miles de botellas, y riegan a cientos de miles de aficionados con mangueras de agua micronizada que alivian cuando aprieta el calor, pero que son un poco fastidiosas si el día el templado o frío, que también puede pasar en el Tour. Y como quienes se encargan del riego no distinguen entre un día u otro porque a ellos les pagan por regar, a veces algunos se enfadan.

Camino de Vittel, sin embargo, hacía falta el riego. Sin llegar a niveles de canícula, las nubes se han despejado y el sol calienta más. Todo eso lo aguantó el belga Guillaume Van Keirsbulck, un belga debutante, hijo de ciclista y nieto también de ciclista. Su padre no destacó demasiado, pero su abuelo, Benoni Beheyt, ganó una etapa del Tour y fue campeón del Mundo en 1963, por delante del ídolo de su país Rik Van Looy. Guillaume es todavía un aspirante que a lomos de su bicicleta Cube se lanzó a una aventura kilómetrica que nadie quiso respaldar.

Como es habitual fue cazado a nueve kilómetros de la meta. Cuando, desfondado, atravesó la línea de llegada cuatro minutos después que el pelotón, los médicos del Tour todavía atendían en el asfalto a Mark Cavendish, víctima del codazo de Sagan, que pasa en sólo un día de ser ensalzado por su victoria con una pierna a ser señalado por el dedo acusador de los aficionados y los jueces, que en un principio le sancionaron con medio minuto y le relegaron a las catacumbas de la clasificación de la etapa, pero después, ante la reclamación del Dimension Data, el equipo de Cavendish, le expulsaron de la carrera. Sagan paga un peaje muy caro. Tendrá que aprender.

Cavendish se marchó al hospital mosqueado y marcado en la cara por la rueda de Degenkolb, que no pudo evitar pasarle por encima. Quiere hablar con Sagan para aclarar conceptos sobre el sprint, y alguna otra cosa más. Será en otra ocasión, porque el campeón del mundo se marcha a casa.

El líder, por cierto, vio todo eso desde la distancia, porque otra caída anterior, dentro del límite de seguridad de las llegadas, dio con un buen grupo de ciclistas con el suelo y el pelotón llegó muy disgregado a la línea de meta del balneario de Vittel, donde algunos pedirán Evian para cenar. Los del FDJ, no. Pedirán champán porque Arnaud Demare ganó la etapa, y al sprint, algo que no conseguía un francés hace muchos años. Fue Jimmy Casper, en 2006, cuando Vittel no salía todavía en la foto y el Tour bebía Coca Cola.

PETER SAGAN

"Yo no sabía que Mark Cavendish estaba detrás. Estaba intentando alcanzar la rueda de Demare"

MARK CAVENDISH

"Tengo buena relación con Peter y me gustaría hablar con él. No soy muy fan de que me pongan el codo así"

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