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GIRO DE ITALIA 2017 20ª etapa: PORDENONE-ASIAGO 190 KMS. 

Nibali, por delante de Nairo Quintana y Pozzovivo, durante la etapa.

GIRO DE ITALIA

¿Quién puede ganar el Giro?

Pinot gana la etapa y desbanca del podio a Dumoulin que sin embargo es el gran favorito

CLASIFICACIÓN DE LA ETAPA

 

1. Thibaut Pinot (FRA)  4h:57:58

2. Ilnur Zakarin (RUS) m.t

3. Vincenzo Nibali (ITA) m.t

4. Domenico Pozzovivo (ITA) m.t

5. Nairo Quintana (COL) m.t

6. Bob Jungels (LUX) a 15

7. Adam Yates (GBR) m.t

8. Seb. Reichenbach (SUI) m.t

.9. Bauke Mollema (HOL) m.t

10. Tom Dumoulin (HOL) m.t

CLASIFICACIÓN GENERAL

1. Nairo Quintana (COL) 90h:00:38

.2. Vincenzo Nibali (ITA) a 39

.3. Thibaut Pinot (FRA) a 43

.4. Tom Dumoulin (HOL) a 53

.5. Ilnur Zakarin (RUS) a 1:15

.6. Domenico Pozzovivo (ITA) a 1:30

.7. Bauke Mollema (HOL) a 3:03

.8. Adam Yates (GBR) a 6:50

.9. Bob Jungels (LUX) a 7:18

10. Steven Kruikswijk (HOL) a 12:55

Si Nairo Quintana fuera futbolista sería uno de los jugadores más expulsados de la Liga porque a los árbitros no les gusta nada que se empleen los codos, y Nairo, sobre la bicicleta, se pasa el día utilizándolos. No se usan igual en el fútbol que en el ciclismo, claro, porque sobre el césped suelen servir para marcar territorio y muchas veces para hacer daño al contrario. En la bicicleta, cuando se sacan los codos es para pedir colaboración al rival.

El colombiano es el número uno a la hora de pedir ayuda con los codos. Cuando se sitúa en cabeza siente vértigo; una sensación de soledad que le impele a pedir a quien quiera que viaje con él, que se ponga por delante. Los líderes, habitualmente siempre llevan una cohorte de domésticos que le preceden. Hasta que desaparecen, claro, cuando las fuerzas fallan, que para eso son gregarios y tienen un límite de resistencia.

Entonces es el momento de los gallos, de que cada uno de los jefes de fila con posibles se las apañe como pueda. Nairo, a veces, pega un latigazo y se va solo, pero si tiene compañía acostumbra a sacar el codo, habitualmente el izquierdo, para dar paso, lo cual no siempre es una política muy eficaz, porque los que van detrás tienen sus intereses, o quizás también como Nairo, sienten miedo al vacío, o a que les echen el aliento en la nuca.

Pero Nairo persevera, y habla por los codos, aunque parezcan no entenderle. Camino de Asiago, en la terrible subida a Foza, los codos de Nairo aparecían a cada rato. Pedía colaboración. También Vincenzo Nibali, pero como el Tiburón del Estrecho es siciliano, sus requerimientos son más vehementes, de viva voz o haciendo gestos con las manos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ese festival de manifestaciones gestuales del mudo Quintana y del hablador Nibali tenía una razón: el interés por distanciar a Tom Dumoulin, que hizo la goma muchos kilómetros y se iba alejando lentamente del resto de favoritos. Fue Nibali quien movió el árbol, después Nairo y más tarde Zakarin y Pozzovivo, que cogieron distancia mientras el neerlandes atravesaba un calvario pero resistía porque sabía que esos eran los últimos kilómetros de sufrimiento cuesta arriba, y que si perdía poco tiempo, podría recuperarlo en la contrarreloj. Se retorcía en las curvas de herradura, tratando de no perder de vista a los hombres que pelean por el Giro.

En la cima, la diferencia superaba el medio minuto, una distancia preocupante para Dumoulin, pero en el descenso hacia la meta sucedió algo que acabaría siendo muy importante para el desenlace del Giro. Quintana, Nibali y Pinot alcanzaron a Zakarin y Pozzovivo. Se podía pensar que entre cinco harían más camino que entre tres, pero no. En ese momento se acabó la colaboración, porque cada cual empezó a pensar en su propio negocio. Volvieron los diálogos codo con codo, pero por detrás Dumoulin, con su grupo, recortaba hasta ponerse a siete segundos. Nada.

Llegó un atisbo de colaboración al final y la ventaja aumentó unos segundos. Pinot ganó la etapa y descabalgó del podio a Dumoulin, pero es difícil que esa felicidad que sentía al recibir el ramo de flores, la mantenga en Milán porque el hombre derrotado en Asiago, desposeído de su plaza entre los mejores, es el gran favorito para vestirse de rosa el último día. Los 29 kilómetros de contrarreloj, totalmente llanos, le favorecen. Las diferencias entre los primeros es tan estrecha que ni siquiera puede la organización ir haciéndose una idea que quién va a registrarse en el palmarés, o incluso en el podio.

Sólo alguna cosa está clara: que Fernando Gaviria se vestirá con la maglia ciclamino y que Mikel Landa se llevará a casa el Gran Premio de la Montaña y también el de la Combatividad. No es mal botín –junto a una etapa–, después del accidente del Blockhaus.

 

  

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