TOUR DE FRANCIA 2017 14 de julio 13ª etapa Saint Girons-Foix / 101 kms.
LA CARRERA
Alberto Contador, por delante de Mikel Landa en la ascensión al col de Latrape. ©ASO
La voluntad de Contador
Ataca en el primer puerto y revoluciona una etapa que acabó ganando Barguil
La voluntad de Contador es brutal. El corredor madrileño no está a la altura de hace unos años, es evidente. Además, los despistes y las caídas le han convertido en un cuerpo magullado, en el que quedan pocas zonas todavía indemnes. Pero si físicamente tal vez no esté en condiciones de ganar el Tour, su moral no decae nunca.
Como si hubiera visto desde su hotel anoche, el programa que Conexión Vintage dedicó a Alejandro Federico Martín Bahamontes, en el que se relataron sus aventuras en el Tour de los años cincuenta y sesenta, esas cabalgadas en blanco y negro que ya no se estilan, Contador se levantó inspirado, con ganas de batalla, de repetir esas gestas que se cuentan y casi no se creen a la vista de lo que suele deparar el ciclismo moderno.
Era una etapa corta, que se suponía nerviosa, alterada ya de inicio por los sucesos extraordinarios que el día anterior habían descabalgado a Chris Froome por primera vez desde que se viste habitualmente de amarillo, Contador sacó su casta, su genio, su inspiración, para repetir una de esas aventuras de Bahamontes, de Coppi, de Bartali, de Loroño. Se lanzó a la aventura.
Leía por la mañana quien esto escribe, una de las crónicas de los enviados especiales al Tour en la que se relataba como cuando en Bales Contador intentó un ataque, se escucharon algunas risas burlonas en la sala de prensa. Tal vez otra vez se oyeron. Los antecedentes la propiciaban. El desfallecimiento de la víspera en los últimos kilómetros también. Pero callaron pronto, seguro, porque en los ojos de Contador se veía otra firmeza, otra determinación.
A su rueda saltó Mikel Landa. Fiel a los requerimientos de su equipo, después de que el día anterior su director le echara la bronca por no acompañar a Froome en su sufrimiento, se pegó a la rueda del madrileño para lo que pudiera pasar. Nadie más reaccionó. Sólo unos minutos después, salió Nairo Quintana con Betancur. El Tour había cambiado en los 300 metros finales, los de la pista aérea de Peyragudes y el Sky también modificaba su estrategia. Froome no parece tan fino como en anteriores ediciones, Aru no tiene equipo y Bardet parece no creerse dónde está, así que Contador y Landa hicieron camino.
Primero con timidez, después con más claridad, Landa acompañó con su ritmo a Contador, dándole relevos. La ventaja fue aumentando. Nairo y Barguil, el rey de la montaña, les seguían de cerca pero no acababan de llegar. El colombiano buscaba la inspiración después de un día duro para él; el francés perseguía la victoria el 14 de julio, la gloria para un nacional.
Landa rozó en algunos momentos el liderato virtual. Hubiera sido un vuelco total para la estrategia del Sky. Aru, mientras, dejaba hacer. No podía intentar nada por su cuenta, sin lugartenientes a su lado. Dependía de la voluntad de Daniel Martin, un coloso en la ascensión al Mur de Pèguere, en la que los tubulares se pegaban al asfalto en sus rampas durísimas. Allí se unieron Nairo y Barguil a Landa y Contador. Los cuatro colaboraron camino de Foix, y pellizcaron casi un par de minutos a los favoritos, que no pudieron restañar la ventaja que Contador atesoró en Latrape y Agnes, dos primeras que revolucionaron el Tour.
Ganó Barguil, que era el más rápido de los cuatro, una satisfacción para el 14 de julio; Landa se coloca cuarto y la clasificación se estrecha. Hay seis corredores en minuto y medio. En el Macizo Centra y los Alpes está asegurada la emoción. Contador, muy lejos del podio, contribuyó a ello. Su voluntad es brutal.
"Cuando me he quedado con Landa , estaba perfecto. No sé qué ha pasado atrás, pero yo he ayudado en todo lo que he podido a Mikel"
ALBERTO CONTADOR
"Mikel Landa ahora es una amenaza real para la victoria en París y es una carta que podemos jugar"