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TOUR DE FRANCIA 2017 A menos de un mes del comienzo 

LA HISTORIA

Franciscio Cepeda, en su lecho de muerte en el hospital de Grenoble.

REVISTA CRÓNICA

La trágica muerte de Paquillo

El vizcaíno Cepeda, el primer muerto en la historia del Tour, en el descenso del Galibier

En Sopuerta no se había visto nada igual. La localidad minera de Bizkaia estaba de luto riguroso. Uno de sus más ilustres vecinos, Francisco Cepeda, acababa de morir. Su hermano se había puesto en camino hacia Grenoble pero no llegó a tiempo. Sólo pudo regresar con el cadáver de Paquillo.

En su pueblo, muchos años después, aún se recuerda el recibimiento multitudinario y silencioso al féretro del héroe que cayó en el Tour, del deportista que corrió con los colores del Athletic de Bilbao y que durante su servicio militar fue cedido al equipo ciclista del Real Madrid. Fue el 11 de julio de 1935, en el descenso del col de Lautaret hacia Bourg D'Oisans. Por aquellas carreteras, que eran caminos de grava y barro endurecido, con aquellas bicicletas, que eran trastos pesadísimos e  ingobernables, Cepeda se lanzó camino de la meta de Grenoble. Su vida se acabó en una curva.

No fue el único ciclista que murió aquel año trágico. Los periódicos franceses habían descubierto con horror el asesinato de Henri Pellisier, el 1 de mayo. Cinco balas de revólver, una de ellas en la carótida, le disparó su compañera Camille Tharault después de una disputa con la hermana de Miette, que así llamaban a la causante de la muerte del ciclista que, a los 46 años llevaba doce meses retirado de las carreteras. Todo sucedió en la misma habitación en la que tres años antes se había suicidado con un tiro en la cabeza la mujer de Henri, en un ataque de locura.

Paquillo nació en Sopuerta, el 9 de marzo de 1906, y le cogió afición a la bicicleta. Era bueno y enseguida consiguió acomodo entre los corredores más reputados de la zona. Comenzó en casa, el Sopuerta Sport, el equipo de su pueblo, lo enroló en sus filas en 1925, pero al año siguiente dio el salto al equipo ciclista del Athletic. En aquella época, los clubes de fútbol vascos mantenían otras secciones. Cepeda actuó en la recién creada Vuelta al País Vasco con los colores rojiblancos, aunque por culpa de su servicio militar, también tuvo oportunidad de vestirse con la camiseta blanca del Real Madrid.

Cuando acabó la mili, Paquillo regresó a casa. Se enroló entonces en el Dilecta y más tarde en los equipos de la Ciclista Vitoriana y de la Sociedad Ciclista Vizcaína. En 1935 se marchó al Tour. Ese año no había conseguido ninguno de sus 22 triunfos. El más prolífico había sido 1929, con seis, en Santander, Eibar, Irún, Pamplona, la Vuelta a Alava y el Circuito de Getxo.

 

Corrió la ronda francesa con un equipo de ciclistas españoles, algo así como una selección. El 11 de julio se disputaba la etapa entre Aix les Bains y Grenoble, que acabaría ganando Francesco Camusso. Fue una de las primeras que retransmitía la radio en Francia, mediante reportajes desde la línea de llegada. Relata Pierre Chany en su Fabulosa Historia del Tour que «un muy grave accidente se produjo en el descenso del Galibier, en direcciónde Lautaret. La rueda delantera del español Cepeda se rompió y el escalador chocó con el suelo tras una fantástica pirueta. Tenía la cabeza ensangrentada».

No había ambulancia en el Tour. Llegó una grúa, muchos minutos después, y fue en ese vehículo en el que se trasladó a Paquillo hasta el hospital de Grenoble. Allí le hicieron las primeras curas y ante la gravedad de las heridas, le practicaron una trepanación en el cráneo para que disminuyera la presión sanguínea.

A pesar de las noticias que dio Desgrange, «el paciente va mejorando», la realidad era distinta. Mientras el hermano de Paquillo viajaba hacia Grenoble en tren, su hermano falleció. La noticia cayó como una bomba en Sopuerta. Todavía se recuerda el silencioso recibimiento.

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