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GIRO DE ITALIA 2017 Novena etapa: MONTENERO-BLOCKHAUS 149 KMS.

Geraint Thomas en el suelo, después de la caída provocada por una moto a 14 kilómetros de la meta en el Blockhaus.

IMÁGENES EUROSPORT

Entre motos e imbéciles

Nairo Quintana gana y clarifica un Giro en el que Thomas y Landa se quedan sin opciones

CLASIFICACIÓN DE LA ETAPA

 

1.  Nairo Quintana (MOV) 3h 44’ 51” 
2  Thibaut  Pinot  (FDJ)   a 24
3  Tom Dumoulin (SUN), a 24

4  Bauke Mollema (TRE), a 41
5 Vincenzo Nibali (BAR), a 51   

6  Domenico Pozzovivo  a 1’ 18”
7  Tanel Kangert (AST)  a 2’ 02”
8  Ilnur Zakarin (KAT)   a 2’ 14”
9  S. Reinchenbach (FDJ) a 02’ 28”

10 Davide Formolo (CAN) a 02’ 35”

CLASIFICACIÓN GENERAL

Nairo Quintana (MOV) 42 06’ 09” 
2  Thibaut  Pinot  (FDJ)   a 28
3  Tom Dumoulin (SUN), a 30

4  Bauke Mollema (TRE), a 51
5 Vincenzo Nibali (BAR), a 1' 10''   

6  Domenico Pozzovivo  a 1’ 28”

7. Ilnur Zakarin (KAT)   a 2’ 28''

 8. Davide Formolo (CAN) a 2’ 45”
9. Andrey Amador (MOV) a 2'53''.
10. Steven Kruijswijk (LOT)  a 3'06''

Posiblemente, si eres ciclista, en días así te dan ganas de mandarlo todo al carajo y poner una librería o una tienda de chucherías. Posiblemente, si eres Geraint Thomas o Mikel Landa, le saltarías al cuello al imbécil de la moto que se para en un lugar en el que no debe hacerlo y provoca un accidente que no debería haber provocado, porque les deja sin opciones y maltrechos.

 

Preparan durante meses una carrera, entrenándose, haciendo tests, yendo al gimnasio, atendiendo a los controladores antidopaje de la UCI a cualquier hora del día y de repente aparece un imbécil, que además es policía, y se pone allí, tan ricamente, con su moto de gran cilindrada y tamaño, invadiendo la calzada con el pelotón lanzado hacia las primeras rampas del Blockhaus y provocando un accidente en el que el equipo Sky fue el gran damnificado.

Y no hace falta ser Geraint Thomas o Mikel Landa para tener ideas asesinas con el imbécil de la moto, pues cualquier aficionado al ciclismo que estaba viendo la etapa por televisión se ha acordado del árbol genealógico del policía hasta remontarse, por lo menos, a la unificación de Italia que propició Garibaldi.

Las carreras ciclistas están copadas por las motos y rodeadas de imbéciles. A veces se juntan, a veces van cada uno por su lado. Recuerden al que tiró a Van Avermaert en la Clásica de San Sebastián de hace dos años, al que hizo lo mismo con Sagan en la Vuelta a España. También anda por ahí la moto que tiró a Porte en el Mont Ventoux y provocó el caos con Froome subiendo a pie hacia la meta.

Por no hablar, claro de los motoristas.imbéciles y homicidas, como el que arrolló y mató a Antoine Demoitié en la Gante-Wevelgen, o las dos veces que fue arrollado Stig Broek, que lucha por su rehabilitación después de que el pasado diciembre saliera del coma, seis meses después de ser atropellado en la Vuelta a Bélgica, en un accidente provocado por dos motos. Por supuesto, las motos son necesarias en una carrera ciclista, pero los imbéciles no.  Y a veces sobran imbéciles, y desde luego, sobran motos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los que no sobran son los ciclistas, a los que a veces se puede ver entre tanta moto, aunque sean bajitos como Nairo Quintana, que ganó la etapa en el Blockhaus y es el nuevo líder, además con trazas de conservar la maglia rosa muchos días, posiblemente hasta el final, aunque lo pueda perder circunstancialmente en la crono del martes. El colombiano no es un líder de entretiempo, no de circunstancias. Cuando después del accidente con el imbécil de la moto, la carrera se puso seria, su equipo fue el que tomó las riendas de verdad, aunque ya había controlado el resto de la jornada. El Movistar tiró con fiereza y desarboló al pelotón. Si Jungels tenía alguna esperanza de mantener el rosa, se le esfumó enseguida, cuando Amador aceleró con saña para dejar al frente sólo a los elegidos.

Nairo no tuvo problemas en ser el primero en arrancar. Le siguieron Pinot y Nibali. Las fuerzas del italiano parecían intactas a cinco kilómetros de la meta, pero tras el quinto latigazo del colombiano, claudicó. Sólo Pinot parecía plantar cara, pero fue por poco tiempo. Nairo cogió ventaja, siempre alrededor del medio minuto, mientras por detrás, Dumoulin y Mollema distanciaban a Nibali y alcanzaban a Pinot. Nairo, por delante, se sabía ganador. Llegó con 24 segundos de diferencia, pero una superioridad moral aplastante. Casi se podría decir que la incógnita está en saber quién acabará segundo. Claro que siempre puede aparecer un imbécil montado en una moto. Que se lo digan a los del Sky. Landa llegó, pedaleando con una sola pierna, a 27 minutos de Nairo.

 

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