Permitan el atrevimiento

Permítanme los lectores futboleros y athleticzales este atrevimiento. Habrán visto los más curiosos, que el sitio web incluye una nueva pestaña que se titula CICLISMO. A partir de hoy, mientras dure el Giro de Italia, intentaré ampliar mis reflexiones sobre una carrera que conozco de primera mano, el Giro, y sobre un deporte que ocupó y ocupa gran parte de mi vida como periodista. La corsa rosa es la primera gran prueba por etapas a la que acudí, allá por 1994, cuando en el mundo del ciclismo reinaba Miguel Indurain. Ese año. sin embargo, el navarro sufrió su primer gran contratiempo, ya que cayó ante el empuje del ruso Eugeni Berzin, que apuntaba a ser su sucesor, aunque después apenas brilló en el panorama mundial. De aquella primera vez recuerdo muchas cosas, entre ellas, la memorable etapa entre Merano y Aprica; el frío bajo cero en el gigantesco Stelvio y el calor sofocante, apenas unas horas después, en el implacable Mortirolo en el que Indurain dio una lección de ciclismo que se quedó en nada apenas unos kilómetros después, cuando acompañado de Marco Pantani y Cacaito Rodríguez sufrió una pájara en la tachuela del Válico Santa Cristina.

Supongo que volveré a ello alguno de estos días de ciclismo del bueno. Les mantendré informados.