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GIRO DE ITALIA 2017 16ª etapa: ROVETTA-BORMIO 222 KMS. 

Landa y Nibali se disputan la victoria que se llevaría el italiano en la meta de Bormio. GIRO DE ITALIA

Un apretón a destiempo

Dumoulin pierde dos minutos por una molestia intestinal que le obligó a parar en el Stelvio

CLASIFICACIÓN DE LA ETAPA

 

1. Vincenzo Nibali (ITA), 6 h 24:22.

2. Mikel Landa (ESP) m.t.

3. Nairo Quintana (COL) à 12.

4. Domenico Pozzovivo (ITA) 24.

5. Ilnur Zakarin (RUS) 34.

6. Davide Formolo (ITA) 1:26.

7. Bauke Mollema (NED) 1:35.

8. Bob Jungels (LUX) 1:35.

9. Adam Yates (GBR) 1:35.

10. Thibaut Pinot (FRA) 1:35.

CLASIFICACIÓN GENERAL

1. Tom Dumoulin (HOL) 70:14:48”

2. Nairo Quintana (COL) +31”

3. Vincenzo Nibali (ITA) +1:12”

4. Thibaut Pinot (FRA) +2:38”

5. Ilnur Zakarin (RUS) +2:40”

6. Domenico Pozzovivo (ITA) +3:05”

7. Bauke Mollema (HOL) +3:49”

8. Bob Jungels (LUX) +4:35”

9. Steven Kruijswijk (HOL) +6:20”

10. Adam Yates (GBR) +7:00”

Voy a contar un secreto que he tenido bien guardado hasta ahora, pero que ya puede salir a la luz porque ha prescrito. Sucedió en 1996, durante la Vuelta a España. Lo acabo de mirar y fue un 10 de septiembre. La noche anterior coincidí en el hotel San Antonio de Albacete, que estaba en fiestas, con el equipo Banesto y delante de la puerta se montó una importante aglomeración de gente.

 

Bajaba a cenar y me encontré en el ascensor con Miguel Indurain, que andaba rebotado por tener que correr una prueba que no quería disputar. Le dije: "Vaya lío que hay montado en la puerta por tí", y con esa sencillez que tenía y tiene, me contestó: "¿Están esperándome a mí?". Le respondí, "hombre a mí no creo".

Se rio. Nos despedimos en el vestíbulo y al llegar al restaurante encontré a Francisco Rivera Ordóñez, el torero. Le pregunté si había ido a ver la etapa y me contestó muy amable que no, pero que estaría en la salida al día siguiente.

La salida era un caos. Como pensaba que iba a marcharme pronto hacia Murcia, dejé el coche delante de las motos de la Guardia Civil. En ese caso, cuando suena la campana de aviso, hay que salir pitando y escapar por delante del pelotón, pero en el parque de salida vi otra vez a Rivera Ordóñez y fui a hacerle una pequeña entrevista ya que había estado hablando con varios corredores y quería saber qué pensaba de la Vuelta.

Para cuando me di cuenta, la campana ya había sonado, el pelotón estaba en marcha y mi coche se había quedado como una isla, en zona prohibida. Afortunadamente, el trayecto hacia Murcia se hacía por autovía y no por el camino del pelotón, pero sabía que la infracción me iba a suponer que me quitaran la acreditación del coche para varios días, con lo que eso significa, así que tenía que hacer algo. Fui pensando por el camino y antes de llegar a Murcia ya tenía la brillante idea.

Entré en la sala de prensa. Nada más hacerlo se me acercó el responsable de la oficina y con gesto grave me anunció: "La organización te va a quitar la acreditación del coche". Ya me esperaba esas palabras pero contraataqué, con gesto humilde, ojos muy abiertos y lanzando una pregunta al aire: "¡Si supieras lo que me ha pasado...!". Como es lógico atraje su atención: "¿Qué?" Y aquí, la milonga: "Cuando iba para el coche me ha dado el apretón y me he tenido que meter a un bar para evacuar. Ha sido terrible. Ya me iba, y otra vez. Mira qué cara tengo. Estoy fatal".

Es una cuestión tan íntima que nadie puede pensar que sea mentira, así que, comprensivo, me respondió: "Vale, voy a ver qué puedo hacer". Un rato más tarde se acercó a mi mesa y me notificó la resolución definitiva del jurado: "Sólo te van a amonestar, han entendido las circunstancias". Por si las moscas, ese día fui al baño varias veces para que me viera el sufrimiento, aunque no tenía necesidad.

A veces, una cagalera es una coartada. Otras veces no.

A Tom Dumoulin, una diarrea le puede costar el Giro, aunque aún conserva el jersey rosa después de un esfuerzo supremo en el Umbrailpass, subida y bajada. Sucedió en pleno campo, cuando la carretera ya anunciaba que el camino se empezaba a endurecer, a 500 metros del giro a la izquierda para la ascensión definitiva.

 

Después del Mortirolo y de la primera ascensión al coloso dolomítico, en la segunda subida se decidía todo. Iban los favoritos agrupados cuando de súbito, el líder se paró en la cuneta, dejó la bicicleta con prisas, se despojó del casco, se adentró en un terreno de hierba alta, se quitó la maglia, bajó los tirantes del culotte dejando al aire un pecho blanco de ciclista y se agachó... Ahí el realizador cambió de plano para preservar la intimidad del líder, pero todo el mundo supo lo que sucedía.

Fue un apretón que cambia el panorama del Giro. Dumoulin aguantó bien el Mortirolo y el Stelvio pero se quedó sin equipo con el esfuerzo de las dos ascensiones, y viajaba junto con los principales de la carrera. Sabía que tendría que responder s los ataques, pero lo que nadie se imaginaba es que una descomposición intestinal iba a trastocar el panorama de la carrera. Se piensa en un ataque brutal, en un desfallecimiento, o en un apagón súbito o gradual, pero no en la necesidad de ir al baño en plena pelea. "Necesitaba, con perdón, cagar. Iba realmente mal en el descenso del Stelvio y al subir el Umbrailpass tuve que parar. Me sentí sólo y decidí pelear, pelear, pelear".

Lo hizo y a fondo. Por delante Nairo Quintana, Zakarin y los demás se estudiaban tanto que no abrían diferencias. En cabeza, Mikel Landa trataba de coronar en solitario para descender hacia Bormio. Sólo lo hizo con diez segundos, insuficiente porque se le pegó Nibali, que en la meta le hizo un gesto como concediéndole la victoria para luego acelerar y ganar por medio metro. A pocos segundos llegó Nairo Quintana y dos minutos más tarde el líder Dumoulin, a quien el apretón le pudo arrebatar el rosa, pero peleó hasta el final para conservarlo. Eso, sin embargo, no le quitó el enfado con el que llegó a la meta. 

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