TOUR DE FRANCIA 2017 2 de julio 2ª etapa Düsseldorf-Lieja / 203,5 kms.
LA CARRERA
Marcel Kittel celebra la victoria en la línea de meta de Lieja, en la segunda etapa. ©ASO
Cuidado con los charcos
La lluvia provoca una caída que implica a Chris Froome, aparentemente sin daños
A Froome, pese a su nacionalidad británica, no le gusta la lluvia. Prefiere el clima de su Kenia natal. Tiene alma africana y un cuerpo acostumbrado al calor. Claro está que, como ciclista, tiene que apechugar con lo que salga. El ciclismo en pista que también practicó, era otra cosa. Se corría bajo techado, con riesgo de caídas, sí, pero por razones distintas a las de una carretera nacional o comarcal como por las que discurre el Tour. Aquí no hay aplazamientos por la lluvia, ni por el granizo ni por la nieve. Sólo las avalanchas cortan los caminos de montaña algunas veces y el viento, como el año pasado en el Ventoux, obliga a acortar los trazados.
Pero en condiciones normales no se para. Y condiciones normales quiere decir cualquier cosa salvo una catástrofe nuclear, más o menos. Por mucho que llueva por el camino, ningún árbitro va a hacer sonar su silbato para mandar a los corredores al vestuario como si fueran futbolistas. Ya les gustaría a algunos. Y eso que corren tiempos de blandenguería en los reglamentos, que a Henri Pelissier le sancionaron por quitarse un maillot –llevaba dos–, porque tenía calor, y a Eugéne Christophe le echaron diez minutos más a las cuatro horas que perdió en Sainte Marie de Campan porque un niño le acercó una herramienta para arreglar el cuadro de su bicicleta.
Vamos, que en comparación, ahora van como quieren. Y sin embargo, sigue lloviendo como a principios del siglo XX, y si las carreteras no se embarran como en aquellos tiempos gloriosos, existen otros peligros, como las rayas blancas de las carreteras, que las carga el diablo.
Y en una de esas, escondida en un charco, se resbaló Hollenstein, del Katusha, cuando entraba en una curva a toda velocidad, pegadito a una mediana, una de las especialidades de Bélgica, el segundo país en el que recala en Tour después de salir de Alemania. Iba delante del grupo, así que, como suele suceder en estos casos, se cayeron todos los que circulaban detrás, y entre ellos Chris Froome. Debe andar mosqueado el británico amante del calor, lo que no es una novedad, y si no, den una vuelta por Benidorm o Mallorca, porque a pesar de que no pareció que la cosa era grave, porque apenas se le adivinaban unos desgarros en el maillot, seguro que le vino a la memoria el Tour de hace tres años en el que las caídas y la lluvia propiciaron su retirada.
Se tentará el cuerpo en las próximas etapas, peligrosas y no tanto por la lluvia, que parece que remite, y de hecho, desapareció en cuanto la carrera dejó la orilla del Rin y se acercó a la del Mosa, sino porque el comienzo del Tour es muy nervioso y hay mucha gente interesada en destacar durante los primeros días, a sabiendas de que en cuanto llegue la montaña sólo unos pocos tendrán opciones.
La jornada estaba predispuesta para un final masivo y así fue. Los especialistas y sus equipos lo tenían calculado desde el primer momento; dieron carrete a la escapada y la cazaron en el instante justo. Entonces se planteó la batalla del último kilómetro en la que Marcel Kittel fue el más poderoso. Tenía ganas, inspirado por el espíritu de Carlomagno al paso por la ciudad que convirtió en capital de Alemania, Aachen, que en francés se llama Aix-la-Chapelle y en español Aquisgrán, el último reducto de su país antes de atravesar la frontera del sur con Bélgica. El alemán se acerca un poco al amarillo que sigue llevando Geraint Thomas. Las bonificaciones le pueden permitir intentar vestirlo en los próximos días.
¿Y los españoles? Con Valverde ya operado en Düsseldorf e Izagirre camino de casa, a Contador aún no se le ha visto, y esa es buena noticia, porque en las últimas ediciones siempre apareció en los partes médicos a causa de las caídas. Que ande escondido en el pelotón no es mala señal. Ya lo quisiera Chris Froome.
MARCEL KITTEL
"No sé qué decir. Estoy emocionado porque la carrera ha salido de mi país y ha sido todo muy emotivo. No me esperaba la victoria"
GERAINT THOMAS
"Hubo una caída, y Froome y Kwiatkowski acabaron en el suelo, pero afortunadamente están bien. Chris va bien, aunque sea algo estresante"