Los fichajes del verano
Posiblemente será por el ruido mediático, por los rumores insistentes de aquí y de allá, pero hay muchos seguidores del Athletic que se ponen nerviosos cuando el club no mete la tarjeta en el cajero y saca dinero para hacer fichajes. Este verano, habrá quien haya pensado que a Urrutia se le olvidó la libreta en casa o tenía el dinero a plazo fijo, así que por eso Valverde regresó al trabajo sin tener a su disposición a ninguna figura rutilante de la Premier o sin saludar a algún tránsfuga de algún club vecino, que se venden a precios exorbitantes, porque somos hermanos pero no primos.
Como se repite innumerables veces, el Athletic tiene un mercado muy limitado en el que pescar. De hecho, cuando se empieza a marear la perdiz sobre las posibles incorporaciones apenas salen tres o cuatro nombre. A saber: Azpilikueta y Monreal, que juegan en Inglaterra en clubes que les pagan muy bien; Oyarzabal, de la Real, que va por la vida rechazando ofertas irrechazables (al menos eso dicen ellos) y Merino, del Borussia Dortmund, que ni siquiera le ha inscrito para la Champions. Aparte, claro, de ex jugadores a quienes gran parte de la afición no quiere ver ni en pintura. Afortunadamente, la retirada de Arteta nos libra de una especulación recurrente en cada apertura de mercado. También suena últimamente Berenguer, cuyo recorrido en Primera División es de 54 minutos en el equipo colista de la Liga.
Aunque Urrutia y su directiva nos nieguen a veces hasta el saludo a los periodistas, algo que me ha pasado, no hay por qué ignorar su gestión deportiva, que ha gozado de bastante coherencia durante los cinco años de su mandato. Tampoco se puede negar que han intentado incorporar al equipo a todos los jugadores que se han puesto a tiro en los últimos años, que son pocos porque el mercado no da para más, pero el sábado en San Mamés, tres de los protagonistas del partido fueron fichajes de Urrutia a golpe de talonario: Aduriz, Beñat y Raúl García. Seguramente, el que no llegó al Athletic fue porque no quiso o porque las cifras eran inalcanzables.
Ahí está otra de las cuestiones que se plantean en estos tiempos en los que a veces se pone en duda la capacidad del club bilbaino para afrontar que todos los equipos de Primera División dispongan de un dineral procedente de los derechos televisivos.
Es verdad, ahora todos los clubes pueden gastarse más dinero en fichajes para reforzar sus plantillas, pero ¿quiere eso decir que vayan a fichar mejor que antes? Pienso que no. Hay más dinero, pero no hay más futbolistas, es decir: por mucho dinero que se ponga sobre la mesa, el número de estrellas del fútbol no va a aumentar. Hasta el momento, los clubes de la Liga ya tenían la capacidad suficiente como para fichar en diferentes campeonatos porque en otros países los clubes no manejan las mismas cantidades. Han llegado centenares de jugadores sudamericanos o europeos a la Liga y eso, en algún momento, mejoró el nivel del torneo.
Lo que pasará, y no en demasiado tiempo, es que el mercado será mucho más caro, es decir, que para fichar a un futbolista de un nivel determinado habrá que gastar más dinero, porque quienes venden no son tontos, y saben que el comprador tiene capacidad económica. No hay que engañarse: las grandes figuras seguirán en los grandes clubes europeos. El resto se repartirá como hasta ahora. Los jugadores ganarán más dinero, los intermediarios también; los clubes gastarán más y, posiblemente, algunos volverán a vivir por encima de sus posibilidades. Como siempre.
¿Y cómo queda el Athletic en este asunto? Pues posiblemente igual, o lo que es lo mismo, dependiendo de su forma de trabajar, de hacerlo cada vez mejor, de buscar la excelencia en Lezama. Los fichajes le saldrán más caros, como a los demás; puede que no consiga pescar tanto en estanque ajeno, aunque pese a los mitos, tampoco lo hace con tanta frecuencia, porque en la Real, que pone cláusulas anti Athletic, el último que se fue pagando su libertad fue Joseba Etxeberria, que era juvenil cuando fichó por los rojiblancos y lleva ya retirado tres temporadas después de una larga carrera. Ha llovido mucho.
Por todo esto me apunto a esa corriente que piensa que los mejores fichajes del Athletic son los de quienes puedan mejorar las formas de trabajo de Lezama; los que aporten sus conocimientos para que la fábrica bilbaína siga dando frutos, que los da. A mi personalmente, ver salir al cruce a Yerai con la determinación con que lo hizo contra el Sevilla, jalear la cabalgada de Saborit tras robar un balón, aplaudir la parada de Kepa para evitar el empate a dos o observar cómo Susaeta le pone el brazalete de capitán a Iturraspe, me produce más satisfacción que un fichaje de verano.